SOBRE LAS RABIETAS

Uno de los momentos más difíciles en la crianza de los hijos es sin duda, manejar los sabios”malestares, rabietas, berrinches, etc.,”

SOBRE LAS RABIETAS

Uno de los momentos más difíciles en la crianza de los hijos es sin duda, manejar los sabios”malestares, rabietas, berrinches, etc.,”, con el nombre  que les conozcas, finalmente son desviaciones en el desarrollo infantil normal, cuando estás son recurrentes y repetitivas o simples necesidades no resueltas de los niños, les describo con el calificativo “sabios”, porque es un medio que permite observar una necesidad o desviación en el desarrollo del niño.

 

Escuchar o leer sobre este tema, es de interés profundo para los padres que se encuentran en la crianza,  todos buscan y desean que existiera un método, una forma sistemática de atender y ayudar a los críos a transitar estos procesos. La realidad es que no existen recetas, metodologías, formas establecidas, ya que cada niño es diferente y manifiesta de diversas formas sus necesidades, considerando así que las formas de educar de cada uno de los padres o maestros también son únicas y por lo tanto las respuestas también lo son.

Partiendo de lo anterior, lo primero que se debe tener claro es que no existirán consejos aplicables en conductas manifestadas por los niños o adolescentes, aún siendo por la misma causa la respuesta será diferente,  por lo tanto, las acciones que los demás emprenden no te servirán ni como punto de referencia.

 

El camino que más luz puede brindar, es compartir tiempo con los hijos (as), y observarlos para conocerlos. Aunque, puede parecerte fácil, la idea de compartir tiempo con tu hijo (a) y de observar que decir, todos creemos que sabemos hacerlo, sin embargo, no se hace referencia a una observación cotidiana y simple, sino a una profunda experiencia que parte de:
1.  Las no etiquetas.
2. Evitar juicios.
3.  Alejarse en la medida de  lo posible de las expectativas.
 
Con estos tres elementos fuera de la interrelación  con tu hijo (a) y una observación con registro en un cuaderno, irás teniendo cada vez más claridad respecto a las necesidades que va manifestando el crío al crecer.

 

Con lo anterior no pretendo que mientras tu hijo está tirado en el supermercado porque no le has comprado el chocolate que se encuentra en el anaquel, te pongas a registrar la observación de la conducta en ese momento y con eso le pasara su estado, por supuesto que no.  Existen algunos principios que se deben cuidar y seguir de manera respetuosa y amorosa para ayudar al niño a transitar en estos procesos emocionales.

 

  •  Considera que tu hijo (a) está en una etapa formativa y aprendiendo “cómo debe portarse”, esto lo descubre con la experiencia, así que evita decirle : ” pórtate bien, tu ya sabes cómo portarse, en que habíamos quedado, etc.,”
  • Trata de no enojarte, sino, no serás ayuda para tu hijo (a), al contrario, serán dos niños tratando de tener la razón, no olvides que tú eres el adulto y por lo tanto el centro  en la vida del niño.
  • Busca tranquilizarlo amorosamente, puedes bajarte a su nivel y cálidamente brindarle un abrazo, que te permita contenerlo.
  • Sino permite que le toques, y estás en un lugar público, aún en tu casa, cárgalo suavemente y llévalo a un lugar privado donde no se sienta evidenciado y ya aislados, ofrece de nuevo abrazarlo, sino busca tocarle el cabello, el hombro, la cabeza, la espalda, etc., pero tienes que tener contacto físico con él.
  • Cuando haya cesado el llanto, las pataletas o los gritos, vuelve a abrazarlo y posteriormente,si está en condiciones de hablar y no has entendido lo que le pasó y él lo puede expresar, puedes decirle: se que estas molesto, triste, enojado, etc,  quieres contarme qué te molesto?.
  • Posterior a ese momento , incorpórate con él, ella, al supermercado, a la fiesta, al cuarto de televisión, etc., evita comentar en voz alta lo que le ocurrió, o porque se “porto mal”.
  •  Cuando estés a solas con quien compartes la crianza, entonces si explícale  lo que ocurrió en su momento privado, para que el padre, el abuelo, la abuela, tengan referencias de como ir manejando estas experiencias sin etiquetarlas “de berrinches o caprichos”.
  • No olvides que, NUNCA debes corregir en público, mucho menos pegarle.

Hace un par de décadas y en la actualidad algunas técnicas de disciplina manejan la tendencia a dejarlos llorar hasta que se cansarán o aprendieran la lección. Es difícil que un niño en formación comprenda que algo está haciendo mal si no se le explica sobre esto. Gracias a las investigaciones  en las neurociencias, ahora está demostrado que cuando dejamos a un niño llorar por largos periodos, o pasar tiempos prolongados de angustia o estrés, existe daño a niveles cerebrales, se generan “improntas”, experiencias que se quedarán almacenadas de por vida en la psique del niño, y serán un parteaguas para las futuras relaciones que establezcan.Los niños y adolescentes, necesitan sentirse amados y respetados y crecer en un ambiente libre de estrés, lleno de experiencias que le motiven, le permitan moverse y vivir la vida con alegría.  Atrévete de verdad a ser un padre, madre, abuela, tía, maestra, ocupada de vincular y regalar experiencias que partan del amor, el respeto y la empatía.  Nada es eterno, las etapas del desarrollo son transitorias, así que te invito a disfrutarlas con otras lupas