CRIANDO EN EL SIGLO XXI
Para las madres que tenemos la fortuna de haber criado hijos en el siglo XX y en el siglo XXI,
CRIANDO EN EL SIGLO XXI
Sabemos que el día de hoy, existen muchos retos y niveles de estrés que enfrentan: las madres, padres, abuelos,.
El acompañamiento y la crianza de los hijos, esta en constante cambio, la brecha generacional: entre, como se fue criado y como deseamos criar.
Las demandas de los niños del siglo XXI, distan mucho de las de los chicos del siglo XX y aunque de entrada, se ha discutido mucho respecto a ¿cómo fue la infancia de los padres de hoy? , y la necedad de la sociedad por ” querer continuar con las viejas prácticas de crianza”.
Hay que asumir algo, los niños de hoy son diferentes a los del siglo pasado. Partiendo de este principio podremos entender que la formación puede ofrecer otras respuestas.
Existen en la actualidad luchas incesantes porque los niños no pasen tanto tiempo en estado pasivo, frente a aparatos electrónicos, llámense: computadoras, tabletas, juegos de video, por mencionar algunos, sin embargo, pese a todas las luchas, artículos, investigaciones y alarmas masivas, los niños de hoy siguen creciendo frente a la tecnología que ha bombardeando los hogares.
Y es que en una sociedad, donde es imperativo el tener antes que el ser, la cantidad de tecnología que se consume en los hogares, es parte del ambiente preparado del niño, razón por la cual, esté se vincula con estos aparatos que a su alrededor se encuentran. Si recordásemos un hogar del siglo XIX o XX, por supuesto, que se evidenciarían las claras y notorias diferencias entre estos, por lo que nos corresponde asumir que las nuevas generaciones responden a un momento histórico, cultural y social con todas sus particularidades, como en otras épocas de la historia de la humanidad.
Esta es la realidad que a estas generaciones les tocó vivir, los avances a nivel tecnológico, cibernéticos, no se pueden detener y a los padres les corresponde acompañar desde una crianza respetuosa que los niños/adolescentes de ahora aprendan a relacionarse con la tecnología, la información y las experiencias ciberespaciales.
Es un momento histórico donde los niños y adolescentes se encuentran en un mejor posicionamiento respecto a sus progenitores y adultos en general en cuanto al manejo de los nuevos artefactos.
Existen en la actualidad luchas incesantes porque los niños no pasen tanto tiempo en estado pasivo, frente a aparatos electrónicos, llámense: computadoras, tabletas, juegos de video, por mencionar algunos, sin embargo, pese a todas las luchas, artículos, investigaciones y alarmas masivas, los niños de hoy siguen creciendo frente a la tecnología que ha bombardeando los hogares.
Y es que en una sociedad, donde es imperativo el tener antes que el ser, la cantidad de tecnología que se consume en los hogares, es parte del ambiente preparado del niño, razón por la cual, esté se vincula con estos aparatos que a su alrededor se encuentran. Si recordásemos un hogar del siglo XIX o XX, por supuesto, que se evidenciarían las claras y notorias diferencias entre estos, por lo que nos corresponde asumir que las nuevas generaciones responden a un momento histórico, cultural y social con todas sus particularidades, como en otras épocas de la historia de la humanidad.
Esta es la realidad que a estas generaciones les tocó vivir, los avances a nivel tecnológico, cibernéticos, no se pueden detener y a los padres les corresponde acompañar desde una crianza respetuosa que los niños/adolescentes de ahora aprendan a relacionarse con la tecnología, la información y las experiencias ciberespaciales.
Es un momento histórico donde los niños y adolescentes se encuentran en un mejor posicionamiento respecto a sus progenitores y adultos en general en cuanto al manejo de los nuevos artefactos.
Los menores tienen una facilidad nata por manejar aparatos electrónicos, cibernéticas, utilización de nuevos lenguajes y manejo del ciberespacio y aplicaciones. Lo anterior puede resultar catastrófico si no aprendemos a manejarlo de una manera colaborativa, conciliatoria y respetuosa, donde el adulto puede perder mucho, incluso a su propio hijo (a).
Será imperante entonces entender que las generaciones presentes, necesitan relacionarse con el medio en el que viven, y este dista mucho de ser cercano a la naturaleza, pero si a un segundo de vincularse con el mundo entero, a un click de tener en sus manos toda la información que deseeen y a un movimiento de establecer o deshacer relaciones en la dimensión cibernética, esto sin duda nos deja en desventaja, incluso temporal y especialmente frente a las nuevas generaciones.
A los padres del siglo pasado, nos corresponde prepáranos y anticiparnos para dejar las luchas y disputas y entender al nuevo niño /adolescente,que responde de manera multisensorial a los estímulos del medio ambiente, que se relaciona con el contexto ayudado de un pensamiento global y que cuenta con dispositivos genéticos que le permiten responder a las tendencias de la era de la tecnología y el conocimiento, reconciliémonos con el nuevo hombre, observemos y mantengamos una relación cercana y trascendente.
Será imperante entonces entender que las generaciones presentes, necesitan relacionarse con el medio en el que viven, y este dista mucho de ser cercano a la naturaleza, pero si a un segundo de vincularse con el mundo entero, a un click de tener en sus manos toda la información que deseeen y a un movimiento de establecer o deshacer relaciones en la dimensión cibernética, esto sin duda nos deja en desventaja, incluso temporal y especialmente frente a las nuevas generaciones.
A los padres del siglo pasado, nos corresponde prepáranos y anticiparnos para dejar las luchas y disputas y entender al nuevo niño /adolescente,que responde de manera multisensorial a los estímulos del medio ambiente, que se relaciona con el contexto ayudado de un pensamiento global y que cuenta con dispositivos genéticos que le permiten responder a las tendencias de la era de la tecnología y el conocimiento, reconciliémonos con el nuevo hombre, observemos y mantengamos una relación cercana y trascendente.
Lily de Haro.